Pintura al óleo del milagroso hallazgo de la Vírgen del Roble, con la pastorcita y las ovejas en medio del bosque.
Antes de la llegada de los primeros evangelizadores a nuestras tierras, el territorio en el que hoy está ubicada nuestra Arquidiócesis, estuvo habitado por tribus nómadas.
En 1577 los primeros exploradores españoles fundan la Villa de Santa Lucía (donde se encuentra hoy la ciudad de Monterrey) y las minas de San Gregorio en el actual Municipio de Cerralvo, N. L. Los primeros intentos de poblar estas tierras fracasaron por la hostilidad del clima, entre otros motivos; fue hasta que en 1596 Don Diego de Montemayor, con 34 personas fundó la Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey.
Así inicia la fundación definitiva de la ciudad de Monterrey; poco a poco se irán fundando pueblos y villas en esta amplia región, muchas de estas poblaciones son el día de hoy cabeceras municipales u otras poblaciones importantes.
Toda esta región formará el Nuevo Reino de León del Virreinato de la Nueva España.
El recuadro en el mapa indica la extensión original de la diócesis de Linares (Monterrey).
En él la vida transcurre entre luces y sombras: por un lado la tierra es fértil, el agua no abunda pero es suficiente; por el otro lado los indios siguen atacando a los primeros pobladores de manera intermitente, el clima es siempre hostil, sin dejar de contar la dificultad de la lejanía con los principales centros económicos y culturales de la Nueva España.
La diócesis de Monterrey se erigió por la Bula "Relata Semper", del Papa Pío VI, el 15 de Diciembre de 1777. Fue desmembrada de los Obispados de México, Michoacán y, principalmente del de Guadalajara. Comprendía los actuales Estados de Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas y Texas. Primero fue llamada Diócesis de Linares, después Linares-Monterrey y, finalmente, Arquidiócesis de Monterrey el 9 de Junio de 1922.
A los primeros obispos les corresponderá el hacer los trámites para cambiar la sede de la nueva diócesis de su destino original, la ciudad de Linares, a su nuevo destino: la ciudad de Monterrey. Este cambio ya se logra para fines del siglo XVIII.
En estos años se funda el Seminario de Monterrey siendo así la institución educativa más antigua de la región.
Placa de consagración de la Catedral de Monterrey.
La época colonial transcurre en la región sin grandes sobresaltos pero la independencia que se gesta en 1810 en el centro del país pronto tendrá su influencia en lo que hoy es el noreste.
En el año de 1833 se consagra la Catedral de Monterrey.
El 16 de Julio de 1841, Su Santidad el Papa Gregorio XVI, por el Breve Apostólico "In Partibus Infidelibus", desmembró de la Diócesis el Vicariato de Tamaulipas.
Se sufre en 1846 la invasión estadounidense, la misma Catedral de Monterrey fungirá como centro de mando en la defensa de la ciudad.
Todas las gestas armadas de este siglo e inclusive las Leyes de Reforma tendrán una grande influencia en la región así como en el resto del país.
Plaza Mayor y Catedral a mediados del siglo XIX.
La Arquidiócesis recibió el título de Arquidiócesis Metropolitana el 23 de Junio de 1891, por la Bula "Ilud in Primis" de Su Santidad León XIII.
El 23 de Junio de 1891 Su Santidad el Papa León XIII por la misma Bula desmembró de la Arquidiócesis de Monterrey la nueva Diócesis de Saltillo.
En estos mismos años se tiene el despegue económico industrial de la región, en especial, de la ciudad de Monterrey.
Templo de san Francisco y capilla de la Tercera Orden. Monterrey en 400 fotografías, MARCO, p. 50.
El despegue económico antes mencionado traerá un desarrollo en la región nunca antes visto, este desarrollo será también una causa de grandes inmigraciones de habitantes de otras regiones del país e inclusive de extranjeros a nuestra región.
La Revolución mexicana se dejará sentir e inclusive dejará huellas permanentes como por ejemplo la destrucción del templo de San Francisco y el Convento de san Andrés en Monterrey.
Durante la tercera década del siglo XX las leyes anticlericales provocarán el cese del culto público en toda la región.
La mitad del siglo XX será una época de tranquilidad y desarrollo inclusive motivado por la demanda de productos por las luchas armadas que se gestaban en este tiempo en Europa.
Su Santidad Juan XXIII, el 30 de Abril de 1962, desmembró de la Arquidiócesis de Monterrey la nueva Diócesis de Linares, que por segunda ocasión quedaba constituida.
El desarrollo de la región es exponencial en la segunda mitad del siglo XX, el trabajo será el sello más característico de la región, el progreso económico promoverá desarrollo en aspectos como la calidad educativa y la vida cultural.
Primera visita a Monterrey 31 de Enero de 1979
En 1979 se realiza la primera visita del Papa Juan Pablo II a Monterrey, en esta breve visita habla al mundo del trabajo desde el Puente San Luisito, un millón de personas lo escuchan haciendo del río un aula y del puente un púlpito.
El 6 de Noviembre de 1989, Su Santidad el Papa Juan Pablo II desmembró seis Municipios de la Arquidiócesis de Monterrey; Anáhuac, Bustamante, Sabinas Hidalgo, Lampazos, Villaldama, Vallecillo y Congregación Colombia; para constituir la nueva Diócesis de Nuevo Laredo, haciéndola también sufragánea del Arzobispado de Monterrey.
Momentos importantes que han marcado nuestra historia como Arquidiócesis fueron las dos visitas que el Santo Padre Juan Pablo II hizo en los años 1979 y 1990 y en donde el gran número de fieles que conmovieron por su fervor y alegría al Sucesor de Pedro, fueron el testimonio de la gran labor evangelizadora que hasta nuestros días se realiza en nuestras tierras.
Fotografía de Visita Pastoral
El 3 de octubre de 2012 el Santo Padre Benedicto XVI nombra a Don Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey y toma posesión el 5 de diciembre de 2012 en una celebración en la Arena Monterrey.
Hoy en día, nuestra Arquidiócesis imprime una nueva página de su historia. Con el arribo de Monseñor Rogelio como el duodécimo Arzobispo de Monterrey, inicia una nueva era pastoral.
La historia de nuestro caminar eclesial continúa hoy con todos nosotros, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, miembros de Institutos Seculares y laicos. El proceso del primer sínodo diocesano realizado hace ya algunos años está en nuestras manos, el Plan de Pastoral Orgánica 2011-2015 lo estamos concluyendo, escribamos juntos una nueva página del proceso eclesial de esta Iglesia Particular de Monterrey.
OBISPOS DE MONTERREY
Ilustrísimo Señor Fray ANTONIO DE JESÚS SACEDÓN, O.F.M.
Primer Obispo de Linares
22.XI.1779 * 27.XII.1779
Se distinguió por su celo humilde e industrioso, y cuando llegaron al Consejo de Indias las propuestas para el nuevo Obispado del Nuevo Reino de León, lo eligió el Rey Carlos III, y el Papa Pío VI lo designó para la nueva mitra.
Fue consagrado el 22 de noviembre de 1779 por el Arzobispo de México, don Alonso Núñez de Haro y Peralta. Llegó a Monterrey en diciembre, y se hospedó en el convento de San Francisco, para continuar su camino a la sede episcopal de San Felipe de Linares, pero enfermó de gravedad y murió en Monterrey el 27 de diciembre de 1779.
Jamás llegó a su sede, murió aquí en Monterrey mientras se dirigía a Linares.
Ilustrísimo Señor Fray RAFAEL JOSÉ VERGER Y SUAU, O.F.M.
Segundo Obispo de Linares
18.XII.1783 * 5.VII.1790
Al morir el Señor Sacedón fue rápida la designación de fray Rafael José Verger y Suau, O.F.M., como segundo Obispo de Linares. Consagrado por el Arzobispo Núñez de Haro y Peralta el 22 de junio de 1783, se dirigió al Nuevo Reino de León y llegó a Monterrey el 18 de diciembre de aquel año. Pasó a Linares en donde estuvo por temporadas, regresando siempre a la capital del Nuevo Reino. Viendo sus ventajas de las que informó al Rey de España en abril de 1785, pedía que se cambiara el asiento de la sede a Monterrey.
Llevó el agua de la población de Santa Catarina para las necesidades de la capital del Nuevo Reino de León. Es llamado el "primer urbanista de Monterrey". Murió el 5 de julio de 1790 en el palacio de Nuestra Señora de Guadalupe que había edificado en la Loma de Vera.
Construyó el Palacio de Guadalupe, hoy Museo Regional del Obispado, pide que la sede episcopal se establezca en Monterrey.
Ilustrísimo Señor Don ANDRÉS DE LLANOS Y VALDÉS
Tercer Obispo de Linares
18.XII.1792 * 19.XII.1799
Don Andrés era Canónigo Doctoral de la Catedral de México, cuando estando vacante la Sede episcopal de Linares, el Rey Carlos IV lo propuso ante la Sede Apostólica, y el Papa Pío VI dio el 18 de diciembre de 1791 la Bula para su consagración. El Arzobispo don Alfonso Núñez de Haro y Peralta lo consagró el 3 de junio del siguiente año.
Estando ya concedido el real permiso para que Monterrey fuera la Sede episcopal definitiva y fundado ya el primer Cabildo de la Catedral, se abrió un campo espléndido para el característico genio constructor e inteligente de don Ambrosio, quien llegó a la capital del Nuevo Reino de León el 7 de diciembre de 1792. De inmediato comenzó las diligencias para fundar el Seminario, que fue abierto el 2 de febrero de 1793.
Fundó el hospital provisional para pobres "Nuestra Señora del Rosario" y planeó alargar los asentamientos de Monterrey hacia el norte.
Enfermó de paludismo y murió en la población de Santillana hoy Abasolo el 19 de diciembre de 1799. Verger, el primer urbanista y de Llanos y Valdés el que proyectó la "nueva ciudad de Monterrey", promovieron el crecimiento cultural y comercial de Monterrey.
Urbanizó la Ciudad, construyó el Seminario y el Colegio Civil, inició la construcción de la que sería la “nueva” Catedral de Monterrey, pero a su muerte fue derruida por capricho del gobernador de aquella época.`
Murió realizando la Visita Pastoral donde hoy es Tamaulipas.
Ilustrísimo Señor Don PRIMO FELICIANO MARÍN DE PORRAS
Cuarto Obispo de Linares
24.III.1803 * 12.XI.1815
El Papa Pío VII el 20 de julio de 1801, nombró para el Obispado de Linares a don Primo Feliciano Canónigo Magistral de la Insigne Colegiata Real de Birbiesca, y capellán de honor del Rey Carlos IV, el que se embarcó de inmediato a la Nueva España y fue consagrado el año 1802 en Valladolid hoy Morelia.
Su episcopado de casi trece años se distinguió por la atención que prestó a sus feligreses más pobres y a los atacados por las epidemias.
Estableció dos escuelas primarias, una para niños y la otra para las niñas. Fue un hombre eminentemente caritativo. Murió en Monterrey el 12 de noviembre de 1815.
Un municipio al norte de Nuevo León lleva su apellido. Le tocó el inicio de la guerra de la Independencia de México.
Ilustrísimo Señor Don IGNACIO DE ARANCIBIA Y HORMAGUEI
Quinto Obispo de Linares
11.I.1818 * 2.V.1821
Siendo don José Ignacio, Arcediano de la Catedral de Puebla de los Ángeles, el restituido Rey de España Fernando VII, lo propuso al Papa Pío VII en 1816 para obispo en el Nuevo Reino de León o de Linares y su Diócesis. Nombrado por el Papa, fue consagrado en la Catedral de Puebla por el Obispo don Antonio Joaquín Pérez Martínez, el 11 de enero de 1818 y pasó luego a Monterrey.
Poco más de tres años duró su gobierno, pues falleció en la capital de su Obispado el 2 de mayo de 1821. Fue el último obispo presentado por el Rey de España, porque menos de cinco meses después de haber muerto, México se independizó de la Madre Patria.
Ilustrísimo Señor Fray JOSÉ MARÍA DE JESÚS BELAUZARAN Y UREÑA
Sexto Obispo de Linares
28.II.1831 * 1838
Muchas diócesis quedaron sin obispos en la nueva nación mexicana y la Diócesis de Linares en Nuevo León estuvo casi diez años gobernada por el Cabildo de la Catedral, hasta 1831 en que el gobierno de la República propuso para sexto Obispo a fray José María de Jesús Belaunzarán y Ureña, franciscano dieguino.
El 17 de junio de 1831 fue consagrado obispo de Linares y fue el primero que firmó como "Obispo de Monterrey". Realizó la visita pastoral. Protestó enérgicamente por las Leyes de Reforma ante el presidente de la República y se enfrentó varias veces al gobernador del Estado de Nuevo León don Manuel María de Llano.
Siendo sacerdote defendió a la Ciudad de Guanajuato de ser arrasada por los realistas. Le tocó la Independencia de Texas, perdió parte de su territorio diocesano (2 de Marzo de 1836). Dedicó la Catedral de Monterrey (4. VI. 1833).
Fue desterrado de su sede y otras veces él mismo se desterró. Cuando regresaba era aclamado por el pueblo como héroe. El Papa le admitió la renuncia en 1838 y se fue a vivir a la ciudad de México donde murió el 11 de septiembre de 1857.
Ilustrísimo Señor Don SALVADOR APODACA Y LORETO
Séptimo Obispo de Linares
I.1844 * 15.VII.1844
Don Salvador era Canónigo Lectoral en la Catedral de Guadalajara. Fue consagrado en su tierra el 24 de septiembre de 1843, llegó a su Sede en enero del año siguiente. Es el Prelado de más corto gobierno en Monterrey, solamente unos cinco meses, pues murió el 15 de julio de 1844.
El municipio donde se encuentra el aeropuerto internacional de Monterrey lleva su apellido.
De 1844 a 1853 la diócesis quedó vacante, durante este tiempo se dio la anexión de Texas a los Estados Unidos de América (1. III. 1845). Los norteamericanos atacaron la ciudad de Monterrey (19. IX.1846) el 25 de ese mismo mes se firmó la rendición de Monterrey en la Sacristía de esta Catedral. Se libró y se perdió la batalla contra Estados Unidos (13. V. 1848), con la cual se perdió más de la mitad del territorio nacional (más de dos millones de kilómetros cuadrados).
Ilustrísimo Señor Don FRANCISCO DE PAULA VEREA Y GONZÁLEZ
Octavo Obispo de Linares
26.XII.1853 * 16.IX.1879
Si el Obispo Apodaca fue el que duró menos tiempo en la Sede, el octavo Obispo don Francisco de Paula Verea y González duró en ella veintiséis años: de diciembre de 1853 a septiembre de 1879 en que fue promovido al Obispado de Puebla.
El Obispo Verea y González comenzó la edificación del templo de Nuestra Señora del Roble. Al volver de su último destierro en 1869 logró comprar una finca para el Seminario que encomendó a los padres Paúles, venidos de España. Abrió también escuelas parroquiales y el Colegio de Niñas en el antiguo Hospital de Nuestra Señora del Rosario; construyó varios templos. Con su energía y valor logró grandes obras en tiempos adversos. Murió en Puebla el 4 de mayo de 1884.
Le toca la promulgación de la actual Constitución Mexicana (5. II. 1857) la cual desconoce por se contraría a la Iglesia. El Gobernador del Estado ordena su expulsión y se refugia en el vecino estado de Texas.
Le tocó además la toma que Benito Juárez hizo de la Ciudad de Monterrey (12. II. 1864) y la instauración de la Capital de la República en Monterrey el 2 de Abril de ese mismo año. La separación de Coahuila del territorio estatal de Nuevo León (16. II. 1864). El breve imperio de Maximiliano de Hasburgo, la guerra contra Francia (1863-1866). Luego es promovido como Arzobispo de Puebla. Murió el 4 de mayo de 1844 mientras realizaba la visita pastoral.
Ilustrísimo Señor Don IGNACIO DE MONTES DE OCA Y OBREGÓN
Noveno Obispo de Linares
2.VI.1880 * 13.XI.1884
Fue capellán del emperador Maximiliano. En 1871 fue nombrado Obispo de Tamaulipas (sede en Tampico) edificó la Catedral y fundó el Seminario.
El 19 de septiembre de 1879 el Papa León XIII preconizó a Monseñor Montes de Oca, noveno Obispo de Monterrey, en donde en un corto período de cinco años, sufrió una enfermedad estomacal y muchos sinsabores.
Los cinco años de su vida episcopal en Monterrey 1879 - 1884 fueron dedicados a elevar el nivel académico del Seminario y la formación apostólica y piadosa de sus sacerdotes a los que impartía Ejercicios Espirituales.
Viajaba constantemente a Europa. En 1884 lo nombran Obispo de San Luis Potosí. Muere en Nueva York procedente de Europa.
Ilustrísimo Señor Don JACINTO LÓPEZ Y ROMO
Décimo Obispo y Primer Arzobispo de Linares
24.XI.1886 * 29.IV.1899
Siendo candidato para el Obispado de Tabasco en febrero de 1886, se cambió su designación como Obispo de Linares y el 29 de agosto del mismo año fue consagrado en la Catedral de Guadalajara. Llegó a su Sede el 13 de noviembre. Dirigió numerosas cartas pastorales instructivas a sus fieles.
Prosiguió la obra material de los templos, y el auxilio espiritual en las visitas pastorales. Bajo su gobierno se continuó la construcción del templo del Roble y del templo del Sagrado Corazón, colocó el actual barandal y removió el retablo del altar mayor de la Catedral.
Impulsó las vocaciones y la preparación del clero. El 23 de junio de 1891 fue elevada a Arzobispado la Sede de Linares y el Papa León XIII designó al Señor López y Romo como primer Arzobispo. Trasladado en 1899 como Arzobispo de Guadalajara, salió de Monterrey el 23 de febrero de 1900. El 31 de diciembre murió en Guadalajara.
Excelentísimo Señor Don SANTIAGO DE LOS SANTOS GARZA ZAMBRANO
Segundo Arzobispo de Linares
2.III.1900 * 25.II.1907
Don Santiago Garza Zambrano nació en Monterrey el 1° de noviembre de 1837. Fue Rector del Seminario y Secretario de la Curia. Fue nombrado primeramente Obispo de Saltillo y consagrado Obispo en la Catedral de Monterrey. En Saltillo levanta la torre de la Catedral y edifica la casa episcopal. Luego fue trasladado a la diócesis de León, en el estado de Guanajuato. Su Santidad León XIII, el 2 de marzo de 1900, lo designó segundo Arzobispo de Monterrey.
Guió a su clero con paternal bondad y cuidó la formación de los seminaristas. Protegió con dinero de su familia el orfanatorio de Nuestra Señora de la Luz. Falleció el 25 de febrero de 1907.
Excelentísimo Señor Don LEOPOLDO RUIZ Y FLORES
Tercer Arzobispo de Linares
6.XI.1907 * 27.XI.1911
El 1° de octubre de 1900 fue preconizado Obispo de León, Guanajuato, diócesis que gobernó durante 7 años porque el 14 de septiembre de 1907 fue promovido a la Arquidiócesis de Monterrey de la que tomó posesión el 6 de noviembre siguiente.
Procuró el adelantamiento espiritual de su clero y de sus seminaristas, la educación primaria y superior de la niñez y juventud de uno y otro sexo; bajo su patrocinio se fundaron el Colegio de las Damas del Sagrado Corazón y el de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de la Salle.
En la inundación que sufrió la ciudad de Monterrey en 1909, dio refugio a los damnificados en el arzobispado y los auxilió personalmente. Sufrió persecuciones durante la revolución maderista. Fue trasladado al Arzobispado de Morelia el 27 de septiembre de 1911. Le tocó firmar años después el fin de la guerra cristera y ser Delegado Apostólico en México.
Excelentísimo Señor Don FRANCISCO PLANCARTE Y NAVARRETE
Cuarto Arzobispo de Linares
5.V.1912 * 2.VII.1920
Don Francisco Plancarte y Navarrete tenía una cultura universal y era perito en muchas ciencias. Nació en Zamora, Michoacán el 21 de octubre de 1856. Fue obispo de Campeche y Cuernavaca. El 30 de noviembre de 1911 el Papa lo promovió al Arzobispado de Monterrey a cuya sede llegó el 5 de mayo de 1912.
A pesar de las luchas revolucionarias que impedían su acción pastoral y sufriendo las consecuencias de una grave tifoidea, desarrolló gran acción pastoral, creó nuevas parroquias y se preocupó por la formación de los seminaristas, enviando a algunos a realizar estudios en Roma.
Por los conflictos de la revolución carrancista se vio obligado a salir de Monterrey. Aprovechó el destierro para escribir sus valiosos libros sobre prehistoria y protohistoria de México. Al volver en 1919 estaba minada su salud por la diabetes y murió en Monterrey el 2 de junio de 1920.
Excelentísimo Señor Don JOSE JUAN DE JESÚS HERRERA Y PIÑA
Quinto Arzobispo de Linares - Monterrey
28.XI.1921 * 15.VI.1927
Graduado con honores en la Universidad Gregoriana de Roma el 31 de mayo de 1888 a los 23 años de edad, colaboró para que volviera a vivir la Pontificia Universidad Mexicana. El Papa Pío X lo preconizó como Obispo de Tulancingo siendo consagrado el 17 de noviembre de 1907.
En 1915 los obispos desterrados como él de México, le encomendaron la dirección del Seminario Mexicano en el exilio en Castroville, Texas. El Papa Benedicto XV lo trasladó el 7 de marzo de 1921 a Monterrey como quinto Arzobispo, tomó posesión el 15 de septiembre. Desarrolló un trabajo celoso e inteligente.
Consiguió, el 9 de junio de 1922 el cambio de nombre del Arzobispado de Linares, por el de Monterrey. Se dedicó a aumentar la planta de maestros del Seminario. Para ayuda de los párrocos en la evangelización fundó la Congregación de Religiosas Misioneras Catequistas de los Pobres.
Excelentísimo Señor Don JOSÉ GUADALUPE ORTIZ Y LOPEZ
Sexto Arzobispo de Monterrey
18.I.1930 * 2.V.1940
Siendo obispo de Chilapa fue trasladado como Obispo Auxiliar del Arzobispo Herrera y Piña el mes de mayo de 1926. A la muerte del Arzobispo el Cabildo lo designó Vicario Capitular hasta que el Papa Pío XI lo designó sexto Arzobispo de Monterrey.
En la casa del Arzobispo los seminaristas de los grados más cercanos al sacerdocio, recibían de él cuidadosa formación, ayudado por los sacerdotes llegados de Roma, don Fortino Gómez León, don Pablo Cervantes Perusquía y don Juan José Hinojosa. Impulsó las escuelas católicas, se fundó la Acción Católica; se promovieron los misioneros parroquiales y los retiros espirituales de encierro. El 2 de mayo de 1940 se conoció la noticia de que el Papa había aceptado su renuncia al Arzobispado de Monterrey, por motivos de salud. Murió en Guadalajara el 8 de diciembre de 1951. Sus restos fueron traídos a Monterrey en 1956.
Excelentísimo Señor Don GUILLERMO TRISTCHLER Y CORDOVA
Séptimo Arzobispo de Monterrey
20.VI.1941 * 29.VII.1952
De su magisterio y oficio de padre espiritual del Seminario de México, lo llamó el Papa Pío XI el 30 de enero de 1931 para que fuera Obispo de San Luis Potosí y el 25 de febrero de 1941 se anunció que el Pontífice Pío XII lo designaba como Arzobispo Metropolitano de Monterrey.
Sabio y santo, puso la huella de su personalidad en un episcopado pacífico y pacificador. Dedicó gran cuidado a su Seminario, dotándolo de nuevos edificios y enviando alumnos a la Universidad Gregoriana de Roma
Gran conocedor del arte, apoyó y cuidó personalmente la construcción del atrevido templo de la Purísima Concepción de María, que consagró el 14 de febrero de 1946. Obtuvo el premio internacional de arquitectura. Mandó que Ángel Zárraga pintara el ábside de la Catedral.
Desde el Año Santo de 1950 se había resentido su salud y el Papa Pío XII nombró como su Coadjutor y Administrador Apostólico "sede plena" al hasta entonces Obispo de Cuernavaca, Don Alfonso Espino y Silva, quien llegó a Monterrey el 22 de agosto de 1951. Monseñor Tritschler murió piadosamente el 29 de julio de 1952.
Excelentísimo Señor Don ALFONSO ESPINO Y SILVA
Octavo Arzobispo de Monterrey
29.VII.1952 * 31.V.1976
Al morir el amadísimo Monseñor Tritschler y Córdova, quedó constituido Monseñor Espino y Silva como octavo Arzobispo de Monterrey. Con gran inteligencia desarrolló un multiforme apostolado, conociendo a su Arquidiócesis por sus visitas pastorales.
Construyó el nuevo Santuario a Nuestra Señora del Roble y consiguió que el Papa le diera al templo el título de Basílica Menor. Atendiendo a las necesidades de su inmensa grey, cedió más de la mitad de su Sede para la creación de la nueva Diócesis de Linares el 30 de abril de 1962. Dedicó un cuidado especial al plan de estudios y disciplina del Seminario y construyó un moderno y funcional edificio al poniente de Monterrey. Fue el alma de la Gran Misión de 1972 y del tercer Congreso Nacional Misionero en noviembre del mismo año. Participó en el Concilio Ecuménico Vaticano II. El 7 de mayo de 1969 constituyó el Consejo Presbiteral. Ordenó 281 sacerdotes y consagró a dos Obispos.
Por su diabetes, pidió al Papa un Obispo Auxiliar. Con ese cargo llegó a Monterrey el 8 de mayo de 1973, Don José de Jesús Tirado y Pedraza. El Señor Espino y Silva murió el 31 de mayo de 1976, en la Casa Sacerdotal que construyó para su clero.
Excelentísimo Señor Don JOSE DE JESÚS TIRADO Y PEDRAZA
Noveno Arzobispo de Monterrey
25.I.1977 * 15.XI.1983
Al morir Monseñor Alfonso Espino y Silva, quedó como Vicario General Monseñor José de Jesús Tirado y Pedraza, el 6 de diciembre de 1976 el Papa Paulo VI lo promovió como noveno Arzobispo de Monterrey.
Con típica sencillez y amable trato, promovió el apostolado seglar; construyó el edificio que alberga el Curso Introductorio del Seminario Mayor en la población de Paso Hondo, Allende, N.L.
A principios de 1978 comenzaron en el Arzobispo los síntomas del mal de parkinson; el Papa le concedió como Obispo Auxiliar al Dr. Luis Reynoso y Cervantes, que colaboró con él desde el 31 de mayo de 1978 hasta su traslado a Ciudad Obregón el 15 de junio de 1982. En 1983 Monseñor Tirado renunció al Arzobispado y el Papa Juan Pablo II designó para sucederlo a Monseñor Adolfo Antonio Suárez Rivera.
El Arzobispo Emérito decidió quedarse en Monterrey y murió el 7 de Julio de 1993.
Eminentísimo Señor Don ADOLFO ANTONIO CARD. SUÁREZ RIVERA
Décimo Arzobispo y Primer Cardenal de Monterrey
12.I.1984 * 28.IV.2003
Fue primero Obispo de Tepic y luego de Tlanepantla. Trasladó y habilitó la Curia en los anexos de la Catedral, construyó el nuevo edificio del Seminario Mayor de Monterrey en la Ciudad de Benito Juárez, N.L.
Reorganizó en su totalidad la estructura pastoral, la prevención y capacitación permanente del clero, impulsó la especialización de los sacerdotes en la ciudad de Roma, convocó al Primer Sínodo de la Arquidiócesis, Construyó y dedicó 12 nuevos templos en ocasión del Jubileo del 2000, ordenó a más de la mitad del actual presbiterio de Monterrey, promovió al Episcopado a cinco de los presbíteros de la arquidiócesis, de los cuales ha ordenado a tres.
Promovió la creación de la Diócesis de Nuevo Laredo. Fue en dos ocasiones Presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana y es el primer Cardenal de Monterrey.
Eminentísimo Señor Don JOSE FRANCISCO CARD. ROBLES ORTEGA
Undécimo Arzobispo y Segundo Cardenal de Monterrey
2.III.1949
Fue Obispo Auxiliar de Toluca y luego titular.
Impulsó un nuevo dinamismo a la estructura pastoral existente, la prevención y capacitación permanente del clero, fortaleció la especialización de los sacerdotes en la ciudad de Roma, convocó las Asambleas Eclesiales, promovió al Episcopado a 3 presbíteros de la arquidiócesis, Mons. Ruy Rendón Leal, Mons. Jorge Alberto Cavazos Arizpe y Mons. Alfonso Cortés Contreras. Fue creado Cardenal y recibió el capelo cardenalicio de manos del papa Benedicto XVI, y el título de Cardenal presbítero de S. Maria della Presentazione, siendo el primer cardenal en recibir como título esa iglesia de Roma.