Circular
A toda la Iglesia que peregrina en Monterrey, los saludo con esperanza en Cristo nuestro Señor, en este tiempo de gozo que vivimos en espera de la celebración de la Navidad.
Estimados hermanos y hermanas:
En el marco del año 2024, Año Sacerdotal que estamos por vivir, sabiendo que uno de los principales objetivos del mismo es la oración por las vocaciones, de manera especial por los sacerdotes; les comparto con alegría que tenemos la nueva Cruz Vocacional de nuestra Arquidiócesis; cuyo fin no es solo renovar la imagen, sino renovar la oración ferviente por las vocaciones que se hace en cada parroquia, colegios, comunidades y sobre todo en nuestras familias. Esta cruz, ya se entregó a algunos decanos y vicarios episcopales en la Posada del presbiterio, y se les hará llegar a sus parroquias a partir del mes de enero.
A continuación, les comparto los principales elementos de esta nueva Cruz Vocacional:
1. La Trinidad: La mano providente del Padre, el Espíritu Santo dador de todos los Carismas, y Cristo que se entrega en la Cruz, de donde por sus llagas hemos todos sido salvados.
2. La red que brota del costado de Cristo: nos dice el evangelio de san Juan que del costado de Cristo salió «sangre y agua» (cf. Jn 19,34). En este ícono dicha sangre y agua se convierten en la gran red que brota del costado y se convierte en un llamado a contemplar el costado abierto del Salvador y a dar la vida Él lo ha hecho.
3. Juan el discípulo amado y María, la madre de Jesús: junto a la cruz se encuentran la Madre de Jesús y Juan, representando a la Iglesia y los jóvenes discípulos de Jesús, que frente al mar de la vida están de pie junto a la cruz de Jesús respondiendo con valentía: «Sí».
4. Las vocaciones, de izquierda a derecha, su fundamento: el Bautismo, origen de la vida laical como discípulos de Jesús; el ministerio y vida sacerdotal, representados con la Palabra y la Eucaristía; la vida consagrada, representada con la lámpara que no se apaga, presencia luminosa del Reino en las tinieblas de este mundo (cf. Jn 1,5).
5. El extremo de la cruz termina en ancla, representando la esperanza y la oración del Pueblo de Dios, arraigados en Cristo nuestro Señor.
6. Por último, he pedido que en la parte detrás de la cruz, aparezcan los signos de la pasión, pues toda vocación está invitada a adherirse a la cruz de Jesús y a imitar todo lo que el amor de Cristo nos concede.
Agradezco a los sacerdotes que han sido promotores vocacionales en nuestra Arquidiócesis durante estos últimos veinte años, impulsando esta oración que ha dado muchos frutos en nuestra Iglesia.
Pido a todas las comunidades que durante el Año Sacerdotal vayan haciendo la transición entre la cruz que hemos utilizado a la nueva, como un signo de renovación en la oración y en la esperanza de nuestra Iglesia para que Dios siga mandando servidores a sus campos.
Que nuestra Señora del Roble, patrona de nuestra arquidiócesis, derrame frutos abundantes en cada unos de ustedes y sus familias.