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No. 2/2023
Prot. No. 19/2023
17 de Enero de 2023

Circular

A toda la Iglesia que peregrina en Monterrey, ¡la paz esté con ustedes!

Con la Fiesta del Bautismo del Señor hemos concluido el tiempo litúrgico de la Navidad, un tiempo que nos deja con el corazón lleno del consuelo de nuestro Dios. El mensaje de fondo que recorre Navidad-Epifanía-Bautismo es la proximidad salvífica de Dios, una proximidad en nuestra carne, en nuestra historia. Ahora empezamos el Tiempo Ordinario, que bien podría ser conocido como “tiempo de la llamada”, “tiempo de vocación”. De esto nos dan testimonio los evangelios cuando justo después de la presentación de Jesús en las aguas del Jordán, como el “hijo amado del Padre”, aparece convocando-llamando a un grupo de discípulos en torno a Él.

Es en este contexto que quiero invitarlos a vivir este 2023 como un Año Vocacional, como un tiempo para redescubrir lo que significa vivir nuestra primera vocación, nuestra identidad bautismal: ser hijos, ser hijas en el Hijo. Así, este tiempo será un momento propicio para redescubrir lo que significa “seguir a Jesús” en nuestra vida concreta.

De esta forma, hago un llamado a que todos los que conformamos esta Iglesia diocesana pongamos todos los medios y los tiempos necesarios para vivir nuestra vocación bautismal e impulsar a los jóvenes para que puedan escuchar la voz del Señor Jesús que les dice “ven y sígueme” (cf. Mc 1,17) en una vocación específica como camino de santidad y de disfrute de la vida que él mismo nos ha regalado.

Como signos y acciones concretas para este fin, quiero pedir a mis hermanos presbíteros dos cosas: recuperar al final de las misas dominicales la lectura de aquella escena del Evangelio que nos muestra la “cadena vocacional” que detona el testimonio del Bautista (Jn 1,35-42).; e intensificar la oración por las vocaciones en las horas santas que tradicionalmente se realizan los jueves en comunidades parroquiales, especialmente la hora santa del tercer jueves de cada mes, para la cual el equipo de Pastoral Vocacional preparará un material particular.

Como es tradición en nuestra Arquidiócesis, en estas fechas, en las que escuchamos los relatos vocacionales en el evangelio dominical, intensificamos el proceso de reflexión sobre la propia vocación. Así, les pido a todos estar atentos a las actividades que nos propondrá el Equipo de Pastoral Vocacional, invitando y apoyando a los jóvenes de nuestras comunidades parroquiales, incluso a aquellos que de alguna manera parecieran estar alejados de nosotros, para participar de estas. Es un llamado a asemejarnos a Elí que ayuda al joven Samuel a escuchar voz del Señor (cf. 1Sm 3), o a Juan el Bautista que conduce a Andrés a encontrarse con el Señor (cf. Jn 1, 35ss). Es hacer una “cadena vocacional” a fin de que nuestros jóvenes puedan escuchar la voz del Señor que los llama a santificarse y ser felices en una vocación específica.

Pidamos a Nuestra Señora del Roble, patrona de nuestra Arquidiócesis, para que más jóvenes sean llamados por el amor de Dios, así como para aquellos que están en búsqueda de la voluntad y quieran ser testigo de Él.

En comunión de oraciones,