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No. 8/2025
Prot. No. 742/2025
13 de Noviembre de 2025

Circular

“Tu, Señor, eres mi esperanza” (Sal 71,5)

A toda la Iglesia que peregrina en Monterrey, ¡la paz esté con ustedes! 

Estimados hermanos y hermanas: 

El próximo domingo 16 de noviembre celebraremos la IX Jornada Mundial de los Pobres, convocada por el Santo Padre, el Papa León XIV, bajo el lema: “Tu, Señor, eres mi esperanza” (cfr. Sal 71,5). Estas palabras, como dice el Papa, nacen “de un corazón oprimido por graves dificultades” pero sostenido por la fe en un Dios que “es roca y fortaleza” y cuya esperanza “no defrauda” (cf. Rm 5,5). 

Esta Jornada es una invitación a renovar nuestra confianza en Dios y a descubrir que la esperanza cristiana no es una idea, sino una certeza que sostiene la vida en medio de la adversidad. El Santo Padre nos recuerda que “el pobre puede convertirse en testigo de una esperanza fuerte y fiable”, porque su confianza no está en las seguridades del poder o del tener, sino en el Dios viviente que no abandona a sus hijos. 

Por eso, especialmente en este día, somos llamados a mirar el rostro de Cristo en cada hermano que sufre y a abrir el corazón para reconocer en ellos su presencia viva. “La pobreza más grave, nos dice el Santo Padre, es no conocer a Dios”; por ello, la Iglesia no puede dejar de ofrecer su cercanía, su palabra, sus sacramentos y su ternura a quienes más lo necesitan. 

Los invito, por tanto, a que, en torno a esta Jornada, previa a la solemnidad de Cristo Rey, vivamos un encuentro profundo con nuestros hermanos más necesitados, que se exprese en la oración, el servicio y la solidaridad. Que nuestras comunidades sean signos vivos de esperanza, en las calles, hospitales, comunidades y hogares donde se experimenta la fragilidad y la exclusión. Que cada comunidad animada por el Espíritu Santo encuentre formas creativas y concretas de compartir los bienes materiales y espirituales, siguiendo la exhortación del Papa León: “Ayudar al pobre es, en efecto, una cuestión de justicia antes que de caridad.” 

Agradezco profundamente la entrega de Cáritas de Monterrey y de la Pastoral Social, quienes son testimonio visible del amor de Dios que se hace acción concreta en favor de los más necesitados.

Como signo de comunión diocesana, les pido que en todas las comunidades ofrezcamos nuestras celebraciones del Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario (15 y 16 de noviembre) por los agentes de pastoral social y por nuestros hermanos más necesitados, incluyéndolos en la oración universal, y que realicemos una segunda colecta en todas las comunidades a favor de Cáritas de Monterrey. Lo recaudado se entregará, la semana posterior, a la Tesorería del Arzobispado por los medios habituales.

Confiamos nuestra oración y compromiso al amor providente de Dios, y pedimos a Nuestra Señora del Roble, patrona de nuestra Arquidiócesis, que cubra con su manto a todos los que sufren y a quienes, con generosidad, tienden la mano para servirlos. Y que nos ayude a vivir esta Jornada con un corazón anclado en la esperanza.