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Prot. No. 713/2025
4 de Noviembre de 2025

Decreto

A todos los clérigos de la Arquidiócesis de Monterrey,

¡la paz esté con ustedes!

Estimados hermanos:

Como a todos ustedes les consta, el cuidado de su bienestar integral ha sido una preocupación para mí y para mis obispos auxiliares de manera que hemos buscado las mejores formas para brindarles atención médica integral de calidad, una Casa Sacerdotal para la enfermedad o vejez bien equipada y con un ambiente de familia y comunidad, así como espacios tanto para la convivencia, recreación y formación. Así como para el crecimiento espiritual e integración personal. Todo esto, teniendo presente que debemos al mismo tiempo cuidar y optimizar el uso de los bienes del Pueblo de Dios.

Así, después de dialogarlo con mi Consejo Episcopal y con las personas que hasta ahora han llevado adelante el cuidado y atención de todos nosotros, he decidido reestructurar y reorganizar la manera en la que brindamos esta atención, de forma que ahora se las presento con el fin de que la conozcan y me ayuden a ir mejorando cada día el servicio del que gozamos todos como clérigos.

Como un primer paso, sabiendo que la prevención es un factor importante para la salud y desarrollo integral de los clérigos, hemos integrado la atención médica de los seminaristas a la Clínica Padre Jardón, de forma que desde este año reciben la atención médica en ella y el consejo clínico, tanto de salud física, emocional y de nutrición, velará para que en el Seminario no solo se intervenga cuando alguien enfrenta un problema de salud, sino también en la generación de una cultura de prevención.

En lo que respecta a la Casa Sacerdotal, he decidido que uno de nuestros vicarios generales sea el director de esta, para que me haga presente constantemente como obispo diocesano con caridad pastoral y cercanía. El primero a quien confío esta labor es a S.E. Mons. Carlos Alberto Santos García, quien desarrollará esta labor en constante comunión con un servidor y con cercanía y acompañamiento a todos los sacerdotes que residen en esta casa de todos, gran regalo del Pueblo de Dios al presbiterio de nuestra Arquidiócesis.

El director de la Casa Sacerdotal contará con un consejo directivo para acompañar la sustentación presente y los proyectos a futuro, en dicho consejo estarán los coordinadores de las áreas de servicio y también: el secretario general en turno del Consejo Presbiteral, ahora el padre Teodoro Colunga Chávez, y el coordinador en turno de la Comisión del Clero, ahora el padre Fernando Pérez Arizpe. El director de la Casa Sacerdotal deberá convocar a este consejo directivo de manera trimestral para presentar el andar de esta y también cada vez que lo considere necesario para la toma de decisiones de mayor trascendencia en la Casa.

La Casa Sacerdotal, bajo la guía del director, cuenta con una Coordinación administrativa, continuando en esta función la Sra. Patricia Galindo, a esta se añadirá una Coordinación de proyectos, asumiendo esta función por vez primera Mons. Gerardo García Charles. Con el tiempo, avanzado este proceso de reestructura y reorganización, se creará también una Coordinación de cocina-comedor que, en estrecha relación con la Clínica Jardón, brinde un servicio integral a los padres de la Casa. Ellos, junto con el Capellán, acompañados por dos sacerdotes representantes de los padres residentes, formarán un consejo operativo que sesione con mayor frecuencia y esté más cercano al día a día de la Casa.

El cuidado de la salud física, tanto en la generación de una cultura de la prevención y en la intervención, estará confiada a la Clínica Padre Jardón que contará con un director administrativo, función que continuará desarrollando el padre Francisco Obregón Olvera, quien asumirá las decisiones administrativas y la representación institucional de la clínica frente a las instituciones y médicos que colaboran con nosotros. Este contará con un Consejo Clínico, formado por los médicos que integran la clínica y coordinado por el Doctor Edgar Iván Jiménez Alarcón, así como un Consejo de Administración conformado por el padre director de la Comisión Diocesana para la Administración de los Bienes del Pueblo de Dios, padre Hugo Ismael Villegas Rodríguez, un asesor jurídico, confiado al padre Pedro Pablo González Sias y al equipo en el que este colabora, y otros asesores, por lo pronto continuarán con esta labor los padres Francisco Javier de la Torre Castaño y el padre Bernardo Martínez Garza.

La Clínica Padre Jardón también cuenta con un Departamento de Acompañamiento Humano, creado y dirigido por S.E. Mons. Juan Armando Pérez Talamantes, a quien agradezco esta labor, que ahora quiero confiar, por su preparación académica y experiencia en la pastoral de atención a los sacerdotes en el Dicasterio para el Clero, al padre José Francisco Gallardo Viera. A él le pido formar un consejo ad hoc para esta área de la Salud, con especialistas en psicología que compartan nuestra visión cristiana de la persona y comprendan los retos de la vida sacerdotal. Este Departamento también estará bajo la autoridad del director de la Clínica Padre Jardón, en lo que compete a recursos, espacios y vinculación con doctores especializados.

A fin de fortalecer el servicio que el padre César Gerardo Méndez Ayala presta coordinando el Departamento de Pastoral de la Salud le he pedido dejar de colaborar directamente con la dirección de la Casa Sacerdotal y de la Clínica Padre Jardón, labores que brillantemente desarrolló y le pido a Dios que recompense. El padre César, pues, velará para continuar haciendo de nuestra pastoral de la salud un punto de encuentro y acompañamiento cercano a nuestros fieles, tanto enfermos como sus familias, así como al personal médico, de enfermería y administrativo que los acompaña.

Estos cambios y nombramientos quedan firmes a partir de la publicación de este decreto, sin necesidad de otro documento para que los titulares empiecen a ocupar las labores confiadas en bien de toda nuestra comunidad sacerdotal.

Confío a la intercesión del venerable padre Raymundo Jardón, que debe ser nuestro ejemplo sacerdotal, y de Nuestra Señora del Roble la labor que todos estos hermanos realizarán en nuestro beneficio.

¡Virgen Santísima del Roble, cúbrenos con tu manto!