España (pastoralsiglo21.org) 14 de marzo del 2018.- Hay un sacerdote que ha acompañado a los más de 120 mil cristianos que han vivido los últimos tres años como desplazados en su propio país, se trata del Padre Salar Kajo, quien coordina los trabajos de recuperación de nueve pueblos en la Llanura de Nínive.
“La Iglesia es la única que está trabajando con los cristianos de Irak y otras minorías para que recuperen sus vidas. Si las familias no vuelven a sus casas, desaparecerá el cristianismo de Irak”, dijo durante su visita a España.
En la zona norte de la Llanura de Nínive, unas 1.000 familias ya han podido regresar a sus hogares. Todo esto ha sido posible gracias a la Iglesia, que ha posibilitado el regreso. Pero hay que seguir trabajando para que vuelvan todos.
“En Batnaya, lo primero que visité fue la iglesia y vi que estaba todo destruido. Por el suelo había libros de la Biblia y los leccionarios recientemente quemados. Antes de que los militantes de Daesh se fuesen del pueblo, se habían ensañado especialmente con las iglesias. Después hicimos una visita a varias casas cercanas, no pudimos visitar más porque el pueblo estaba lleno de minas. Rezamos un padrenuestro en arameo y tocamos las campanas, que sonaban por primera vez después de tres años”.
El padre Kajo dijo que no se ha podido conservar la Iglesia como estructura, pero sí la fe de la gente, que ahora es más fuerte, por sus frutos, como la caridad con los que han perdido todo, incluidos los vecinos de otras religiones, como los musulmanes.
“Es urgente que todos puedan volver a sus pueblos. Esto es solo posible gracias a la ayuda de organizaciones, porque los gobiernos no nos ofrecen ayuda. Después de un año de reconstrucción, el único canal de ayuda ha sido a través de la Iglesia. Queremos regresar, para recuperar nuestra dignidad, y trabajar y vivir como antes del Daesh. Es nuestra tierra, es nuestra identidad”, expresó.
Con información de Ayuda a la Iglesia Necesitada
Fundación de la Santa Sede para ayudar pastoralmente a la iglesia necesitada o que sufre persecución en cualquier parte del mundo. Cuenta con 22 oficinas nacionales y apoya proyectos en más de 140 países del mundo, incluido México.