“Dios a ella le dio la oportunidad de amarlo, de querer a Cristo, de amar a la Iglesia”.
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org) 31 de marzo 2017. Amigos y familiares de la Maestra Cecy, su familia la Iglesia representada en la Comunidad de la Natividad del Señor en Santa Catarina, despidieron a la Maestra Cecy con la celebración de la Santa Misa.
La Santa Misa fue presidida por el Arzobispo de Monterrey Mons. Rogelio Cabrera, concelebrada por Mons. Armando Pérez, Mons. Ramón Calderón y 12 sacerdotes.
Durante la homilía Mons. Rogelio señaló: “El Señor Jesús nos ha convocado esta mañana a una experiencia de fe y el Señor nos quiere ayudar con su Palabra y con su presencia real en la Eucaristía a comprender nuestra historia, la historia de cada uno, la historia de Cecy”.
“La vida humana no tiene la lógica de quien piensa que de lo bueno sigue siempre lo bueno, no es así y basta mirar la historia de nuestro Señor Jesucristo, el hombre inocente, el hijo de Dios tiene que morir y tiene que sufrir y de ese modo nos regala la vida para siempre”.
El Arzobispo dijo que solo con la fe se puede comprender estos acontecimientos: “Siempre le preguntamos a Dios ¿Por qué? Y tenemos derecho a preguntarle, hay preguntas orantes, como la Virgen María también pregunta y como será esto, siempre hay preguntas que no podemos responder si no es mirando a Jesús, solo ante la cruz de Cristo se pueden entran en los misterios de Dios”.
“Hoy estamos aquí acompañando a Cecy con nuestra oración, ella ya hizo su camino hacia el Padre, al encuentro con Jesús, todos los que estamos aquí en algún momento también lo vamos a vivir, porque es el destino común de hombres y mujeres, todos seremos llamados a la presencia de Dios”.
“Hoy venimos a orar, a pedirle al Señor por Cecy, Dios a ella le dio la oportunidad de amarlo, de querer a Cristo, de amar a la Iglesia, de querer cumplir con su tarea de caridad en la escuela, Dios le regalo este camino de virtud”.
Finalmente Mons. Rogelio agradeció a Dios la vida de la maestra Cecy: “Ahora Cecy se suma a los intercesores de nosotros. Le decimos a Dios: gracias por Cecy, gracias por su vida, gracias por su participación en la Iglesia, gracias por que la hiciste misionera, gracias por que la hiciste educadora, gracias porque la confortantes en su experiencia de sufrimiento y ahora está plenamente contigo”.
Por. Juan Pablo Vázquez Rodríguez