Monterrey, N. L. (www.pastoral siglo21.org) 27 de marzo del 2017. Este fin de semana se llevó a cabo la Misa de envío misionero, en la que participaron más de 500 católicos, la mayoría de ellos jóvenes.
Reunidos con la ilusión de llevar la Palabra de Dios a las comunidades más necesitadas durante estas Misiones de Semana Santa urbanas o rurales.
Iniciando en la Parroquia San Felipe de Jesús, llenos de entusiasmo y alegría partieron en peregrinación a la Basílica: Nuestra Señora de Guadalupe, para culminar con la Santa Misa presidiada por el Obispo Auxiliar y Vicario General, Juan Armando Pérez Talamantes.
“Que El Señor Jesús derrame su Espíritu en sus corazones, que los llene de emoción y de fortaleza y que les conceda una fe muy grande para compartir en las misiones. En esta misa de envío nos unimos con el corazón, las comunidades que los recibirán y ustedes que irán a misionar, que el señor sea fecundo en este encuentro.
Preparemos nuestro corazón para encontrarnos con el señor Jesús”, señaló Mons. Armando durante la Homilía.
Además, el Obispo auxiliar invitó a los misioneros a preparar su corazón para que a través de él, reflejen el amor de Dios a las personas sedientas de escuchar su Palabra y no solamente con palabras, sino con acciones.
“Qué bonito es estar aquí en esta Eucaristía, celebrando el inicio de todas las misiones. Jesús vino para traernos la esperanza y unas ganas de vivir tremendas, es decir, todo misionero participa de estos dones del Señor, la caridad para vivir de este amor fraterno a donde vayamos”.
“Me corresponde decirles delante de Dios, muchas gracias por decir: ¡si quiero ir de misiones! la invitación no era de un compañero, de la mamá, o el padre, la invitación, es de Jesús y le dijiste que ¡sí! y recordamos cuando Dios invito a María a participar en esta historia de la salvación de todos los seres humanos”.
Finalmente, Mons. Armando dijo: “Que Dios bendiga las misiones a donde quiera que vayas a ir y te llene de consuelo. Llevemos la misión joven, la misión de la iglesia, que sean misioneros de corazón y con espíritu”.
Por. Karina Ivonne Reynoso
