Pátzcuaro, Michoacán (www.pastoralsiglo21.org) 7 de junio del 2018.- Las monjas del Monasterio de María Inmaculada de la Salud no solo buscan salvar almas, también se dedican desde hace 30 años a salvar de la extinción a los achoques, una variedad de ajolotes en peligro de extinción que solo vive en el Lago de Pátzcuaro.
El Monasterio de María Inmaculada de la Salud fue fundado en 1747 y, desde hace más de 150 años, se dedica a producir jarabe de achoque para la tos. El achoque es el nombre que se le da, popularmente, a la especie de ajolote Ambistoma dumerilii.
En un esfuerzo conjunto del gobierno mexicano, el zoológico Chester de la Gran Bretaña y las religiosas buscan mantener vivos los achoques, primos del ajolote que vive en el lago de Xochimilco.
Estos organismos han atraído la curiosidad de científicos por su capacidad increíble de regenerar sus órganos, extremidades, corazón o cerebro.
Científicos de la Universidad de Minnesota creen que dar a humanos una proteína presente en estos anfibios podría resultar en una auto-sanación similar.
Durante mucho tiempo, el ajolote se consumía en diferentes formas por los habitantes de la región. Era vendido en el mercado en forma de aceites, jarabes o, simplemente, como comida.