El Viernes Santo es un día de dolor, por la pasión y muerte de Jesús, un día de reflexión y de luto para consolar a nuestra madre María y estar con ella en este difícil momento, es acompañarla en su dolor, donde sufre la pérdida de su hijo amado, que ha sido crucificado.
El día en que se cumplen las escrituras y Jesús entrega su vida para salvarnos del pecado y darnos la vida eterna.
El único día en que no se celebra la Santa Misa y todas las imágenes del templo se cubren con una tela morada. El único día en que el sagrario se deja abierto, porque Jesús no está en el.
Por la tarde se realiza la procesión del silencio, la cual consiste en acompañar a María durante la noche, para realizar el mismo recorrido del Vía Crucis, en donde lleva entre sus manos la corona de espinas y los clavos con que crucificaron a Jesús.
Para concluir con el pésame a María, se reza el Santo Rosario, especial para ese día y se invita a los creyentes a darle el pésame a nuestra madre, acompañándola en su dolor, por la pérdida de su hijo amado.
El pésame a María es un momento que se ha ido incorporando a las actividades del viernes Santo.
Tratemos de vivir este momento con el debido respeto y devoción. Te invitamos a que portes ropa oscura en señal de luto y cubrir todo lo que contenga a Jesús en la cruz. No olvides que estamos de luto y no es un festejo.
Dale un verdadero sentido a este Viernes Santo y vive esta Semana Santa de una manera más reflexiva y con amor.