La tarde del pasado viernes 26 de abril, al rededor de 90 mujeres, miembros de la Iglesia de Monterrey, se reunieron en el II Encuentro de “Mujeres Tejiendo redes” organizado por la Comisión de la Pastoral de la Mujer de la Arquidiócesis de la Monterrey, en las instalaciones de la preparatoria UDEM, en un ambiente de diálogo, construcción y oración.
La misión de esta Pastoral es generar espacios de encuentro en donde se fomente el desarrollo integral de las mujeres, para que vivan en plenitud y sean agentes de cambio en bien de la Iglesia y de la sociedad, basados en los valores de amor, audacia, compromiso, respeto, solidaridad y valentía.
Para continuar con los trabajos de esta Pastoral, se realizaron mesas de diálogo de acuerdo al área de experiencia de cada invitada, en donde se brindaron aportes y se enriquecieron cada una de las estrategias de acción que la Pastoral de la mujer, aterrizado en base a encuentros previos, los cuales buscan trabajar en bien de la mujer.
Mons. Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey, asistió y brindó un mensaje sobre la importancia de la presencia de las mujeres en la Iglesia y su valiosa colaboración en el Plan Diocesano de Pastoral:
“Un hilo es débil, pero puesto en una red es muy fuerte”. “Estamos llamados a tejer y a remendar porque a veces la red se rompe. Ahorita vivimos en México una red con muchas rupturas, y ¿quiénes son la expertas en tejer? dice un libro del Eclesiástico «la mujer es experta en la rueca», ¿Por qué? porque ama, ese es el hilo con el cual se teje la sociedad, el cariño y el amor”.
“Los sueños de Dios se tejen con los mejores sueños de sus hijos y de sus hijas” mencionó Mons. Juan Carlos Arcq Guzmán encargado de la Vicaria de Pastoral, quien explicó que el propósito de la Pastoral de la mujer, como todas las demás pastorales, es tejer redes que fortalezcan un mismo fin, y se conviertan en red de apoyo:
“La Pastoral de la mujer, aunque también atiende a las mujeres que están y sirven en la Iglesia que es importante, también se abre a cualquier persona que necesite un grupo de apoyo sin condicionarle el servicio, porque sea o no sea católica o creyente, porque toda persona tiene dignidad y nos mueve”.
“También es importante, y es un punto que creo qué hay que considerar siempre, si queremos remendar el tejido necesitamos redes para lanzarlas a la misión, si queremos cómo Jesús remendar las redes, hay que hacerlo cómo Jesús lo hizo”.