Visita pastoral natividad del señor Santa Catarina
11 de julio de 2018
Estimadas hermanas, estimados hermanos.
Muchas gracias por venir a esta Eucaristía en un día entre semana, porque sé que lo hacen con cariño por un servidor.
Un pensamiento para el Papa Benedicto, hoy es su santo, día de san Benito, tengámoslo presente en la Eucaristía, les diré luego una palabra acerca de san Benito, patrono de Europa.
Escuchamos el Evangelio del domingo pasado, cuando la gente estaba desconcertada mirando a Jesús, por un lado, ahí está el pobre, con todo lo que lleva una persona, Dios ha querido que nosotros formemos parte de una familia, siempre el Señor ha querido que así sea nuestra existencia, una familia concreta, cada familia según sus circunstancias
Jesús tiene una familia sencilla, que gana el pan con el sudor de su frente, su padre un carpintero y él también, en los libros de los rabinos, indican que un papá tiene que enseñarle a su hijo dos cosas, primero el temor de Dios, leyendo las Escrituras, segundo, enseñarle un empleo, un oficio, enseñarlo a trabajar. Dos partes esenciales de una buena educación, que tu hijo conozca a Dios y que trabaje, así Jesús, el hijo del carpintero, en su desarrollo humano y familiar, conoció y leyó las Escrituras, ayudado por papá y mamá, pero también aplico a trabajar, a ganar el pan con el sudor de su frente cualquiera hubiera pensado, si es el hijo de Dios, que no trabaje, porque hay personas que creen que la vida es mejor si no se hace nada, ¡falso!, no hay peor mentira que la pereza y la negligencia, un desarrollo humano y verdadero incluye la parte espiritual, pero también el trabajo.
No es acaso el hijo del carpintero, claro que sí, no solo es hijo, él es carpintero, de dónde le viene tal sabiduría, ustedes y yo sabemos de donde le viene, él es el hijo de Dios, la sabiduría plena, todo lo sabe, dice San Juan en el evangelio, el no necesitaba que le dijeran como es la gente porque sabía como eran.
Es el hijo de un carpintero, miren a Dios y miren sus realidades humanas y aprovecho para hablarles de san Benito, estableció un principio y un complemento, ora et labora, reza y trabaja, dos cosas que un buen padre judío le enseña a su hijo.
Las grandes crisis de la sociedad es cuando dejan de existir estas dos cosas, un pueblo que deja de rezar es un pueblo que se hace materialista y se pierde la fe, un pueblo que no trabaja también va a la ruina, por eso San Benito hizo todo un proyecto de animación espiritual, pero también de enseñar a trabajar.
Él es el fundador de las escuelas de agricultura, gracias a él y a sus benedictinos se conservó la cultura laboral en Europa.
Pero hay un complemento que enseña también san Benito, no menos importante, ultimar el espíritu con el estudio, ora, trabaja y estudia, cada uno según sus posibilidades, accesible a toda persona, porque el estudio nos hace crecer, primero el estudio de las cosas de Dios, que es lo más importante, formarse y el que puede también, el estudio de las ciencias humanas.
La comunidad debe ser una comunidad orante, laboriosa, formada. Quiero animarlos a todos, que pertenecen a los grupos y comunidades de la parroquia, no olviden orar, no empiecen sus reuniones de grupo en seco, sin aceite, como un motor que no se le pone aceite se desvíela, se calienta.
La segunda, dinamismo, trabajo pastoral, nada de manos cruzadas, hay mucho que hacer, la cosecha es mucha y los trabajadores pocos, que el Señor envía más trabajadores a sus campos.
Pero también formarse, formarse en la fe, conocer a Cristo, el misterio de Dios y de su iglesia, y así leer un futuro mejor. Ayer el profeta Oseas nos decía: el que siembra vientos cosecha tempestades, el que siembra justicia cosecha misericordia, sean de los segundos no de los que siembran vientos y cosechan tempestades. Pero aquellos que siembren justicia, cosecharán misericordia
Este es mi deseo para esta comunidad que siembren justicia y cosechen misericordia, no se olviden, oren y trabajen.