El esperado duelo en el Maratón de Monterrey entre la Hermana Marina Pérez, de la congregación Hermanas Fuego Nuevo, y el Padre Francisco Gómez, Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey, concluyó con un emocionante desenlace en favor de la educación y el compromiso social.
La Hermana Marina cruzó la meta con un tiempo de 4 horas y 52 minutos, mientras que el Padre Paco completó los 42 kilómetros en 6 horas y 36 minutos.
Aunque ambos mostraron un espíritu inquebrantable, el resultado del reto favoreció a la Hermana Marina, quien logró mantenerse dentro del tiempo establecido para su meta, mientras que el Padre Paco excedió ligeramente su rango de 6 a 6:30 horas.
EL ESPÍRITU DEL RETO
Este desafío deportivo no solo puso a prueba la resistencia física y mental de los participantes, sino que también tuvo como propósito recaudar fondos para dos nobles causas.
Gracias a este evento, la Hermana Marina recibirá un total de $84,000 pesos para apoyar la educación de las Hermanas Fuego Nuevo, quienes se forman en teología y otras disciplinas.
Por su parte, la preparatoria de la Universidad de la Arquidiócesis de Monterrey también recibió gran respaldo por parte de la comunidad.
UN MENSAJE DE UNIÓN
En sus palabras tras cruzar la meta, la Hermana Marina agradeció a quienes la apoyaron en su preparación y destacó el valor del trabajo en equipo.
“Este logro es un recordatorio de que cuando corremos con fe y propósito, podemos alcanzar grandes metas. Cada paso fue por mi congregación y por la educación de las futuras generaciones”, expresó emocionada.
El Padre Paco, pese a no haber ganado el reto, se mostró orgulloso de haber completado su maratón número 60. “Correr no solo fortalece el cuerpo, también el espíritu. Hoy celebramos mucho más que un reto deportivo; celebramos el poder de la comunidad para transformar vidas”, comentó.
Este evento no solo fue un desafío personal para ambos participantes, sino una invitación para que todos descubran sus propios dones y los utilicen en beneficio de los demás.
“Correr es un acto de fe y esperanza, y hoy lo hemos demostrado juntos”, concluyeron.
#PastoralSigloXXI
UN MARATÓN QUE INSPIRA
La jornada cerró con un convivio en el claustro de la Curia, donde se entregaron los donativos y se compartieron historias de inspiración. Tanto la Hermana Marina como el Padre Paco reafirmaron su compromiso con sus causas y agradecieron a quienes se sumaron con oraciones, aportaciones económicas y apoyo moral.
Este evento no solo fue un desafío personal para ambos participantes, sino una invitación para que todos descubran sus propios dones y los utilicen en beneficio de los demás.
“Correr es un acto de fe y esperanza, y hoy lo hemos demostrado juntos”, concluyeron.
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