Desde tempranas horas de este domingo, cientos de jóvenes, acompañados de sacerdotes y miembros de la comunidad católica, participaron en una emotiva procesión por la paz. La peregrinación inició a las 8:00 a.m. en el Santuario del Sagrado Corazón y concluyó en la Catedral Metropolitana de Monterrey, donde se llevó a cabo una misa especial en memoria de los jóvenes víctimas de la violencia en el país.
Al llegar al atrio de la Catedral, los asistentes colocaron fotografías de jóvenes asesinados, acompañadas de una ofrenda floral, en un acto simbólico de recuerdo y protesta pacífica. La jornada estuvo marcada por el recogimiento, la oración y la reflexión sobre la urgencia de poner fin a los conflictos que siguen arrebatando vidas inocentes.
Tras la celebración eucarística, el arzobispo de Monterrey compartió un mensaje en sus redes sociales, destacando el propósito de la peregrinación y la necesidad de fomentar la paz y la unidad en la sociedad.
“Hoy por la mañana, un servidor, junto a los jóvenes y algunos Sacerdotes de nuestra Arquidiócesis, hemos realizado una peregrinación desde el Santuario Sacerdotal del Sagrado Corazón hasta nuestra Catedral, con el fin de unirnos en la oración a toda la Iglesia de México para pedir por la paz y el cese de los conflictos que tanto daño están causando en el País.”
El arzobispo hizo un llamado a la reflexión sobre la importancia de la oración y la unidad como herramientas para enfrentar la violencia.
“Sabemos que la oración nos fortalece en todo momento y nos dará lo necesario para no desfallecer y salir adelante, por lo que este tipo de manifestaciones pacíficas es una muestra pública de solidaridad. Sabemos que no podremos cambiar al mundo si no empezamos a cambiar cada uno de nosotros, por lo que al salir a las calles buscamos dar testimonio de todo lo que se puede lograr al vivir la unidad en una noble intención”.
Asimismo, expresó su preocupación por el aumento de los conflictos en el país y exhortó a la comunidad a ser promotores del diálogo y la reconciliación.
“Nos entristece darnos cuenta del lamentable incremento de conflictos en el País y de la poca respuesta que existe para que éstos disminuyan. No dejemos que la violencia siga creciendo, no permitamos que se pierdan más vidas. Hagamos lo que nos corresponde, empezando en el seno de nuestras familias, ahí en donde se gestan los valores y se cimientan las virtudes del ser humano”.
Finalmente, Monseñor Cabrera López instó a la comunidad a fortalecer sus valores y a trabajar en conjunto para construir un país en paz.
“Si deseamos un mejor País, empecemos por volver nuestro corazón a Dios, a nuestras raíces cristianas, a lo que bien sabemos hace falta en cada uno de nosotros. Sigamos caminando en la solidaridad y en el esfuerzo constante para erradicar el mal de nuestra sociedad y vivir en la paz que tanto anhelamos.”
La procesión y la misa especial fueron un recordatorio de la urgencia de la paz en México y del compromiso de la Iglesia y la comunidad juvenil para ser agentes de cambio a través de la fe y la acción.