El 9 de diciembre de 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamó el Año Internacional de la Familia. Más tarde, en 1993, se decidió celebrar el Día Internacional de la Familia cada 15 de mayo, para crear conciencia sobre el papel fundamental de las familias en la educación de los hijos desde la primera infancia hasta la juventud.
En el ámbito civil, la instauración del Día de la Familia en México fue en el año 2006 durante el gobierno del Presidente Vicente Fox. En ese año, mediante un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 2 de marzo, se declaró el primer domingo de marzo de cada año como Día Nacional de la Familia, considerando que la familia es una comunidad de perfeccionamiento humano, célula básica de la sociedad y fortaleza de toda nación. Así también, que las conductas positivas y los valores adquiridos en el seno familiar trascienden a la población en su conjunto, contribuyendo al progreso del país
En sinergia con lo que el Gobierno Federal decretó desde el 2006, en noviembre de 2020, la Conferencia del Episcopado Mexicano aprobó que el primer domingo de marzo de cada año, sea celebrado el Día de la Familia.
Entendemos que la vida familiar es como un gran salvavidas en medio de la tempestad; pero también es cierto que el matrimonio y la familia se están enfrentando a inmensos desafíos materiales, culturales y espirituales. Reconocemos la importancia de que, todos los que integramos la Iglesia, tomemos parte diligentemente, no sólo en las necesidades más visibles y básicas de las personas, sino sobre todo, de las necesidades más profundas de las familias, como la necesidad de auténticas relaciones humanas, de acompañamiento, de serenidad interior y de condiciones favorables que les ayuden a tomar buenas decisiones para su futuro y para su vida.
Les invitamos a celebrar este próximo 5 de marzo de 2023, la belleza del matrimonio y la familia. Oremos en comunidad para que cada hogar sea una “casita sagrada” en donde Dios manifieste su amor y misericordia. Hagamos votos para que todos los matrimonios y familias inviten a Jesús a su barca, y depositen en Él toda su confianza.
Es la oportunidad ideal para convivir un rato en familia, organizar un desayuno o un almuerzo familiar. Jugar distintas actividades o simplemente disfrutar poniéndose al día con cada uno de sus familiares.
Que Jesús, José y María, que forman la Sagrada Familia, nos cobijen y alienten en la misión de hacer visible el Amor de Dios desde las familias.
Pastoral Familiar – Arquidiócesis de Monterrey
Pastortal Siglo XXI