Durante la solemne celebración en honor a la Virgen del Roble, patrona de la Arquidiócesis de Monterrey, el Arzobispo de Monterrey, Monseñor Rogelio Cabrera López dirigió un emotivo mensaje a los fieles, destacando la importancia de la unidad, la maternidad de María y el compromiso cristiano en tiempos de desafío.
En la homilía el Arzobispo reflexionó sobre el papel de María como madre espiritual de la humanidad, recordando el momento del Evangelio en el que Jesús, desde la cruz, encomienda a su Madre al discípulo amado. Este gesto, explicó, simboliza el vínculo fraternal que une a todos los creyentes bajo la protección de María.
“María es Madre de todos nosotros. Desde la cruz, Jesús nos la entregó como un regalo y nos pidió acogerla en nuestra vida”, expresó Mons. Cabrera.
También, hizo un llamado a la comunidad a imitar las virtudes de María, particularmente su fortaleza y fidelidad en medio del dolor, destacando su presencia constante junto a la cruz como un ejemplo de amor incondicional y esperanza.
Asimismo, exhortó a las familias a acoger la figura de la Virgen del Roble en sus hogares como símbolo de unidad, protección y consuelo.
Subrayó la necesidad de vivir el mandamiento del amor fraternal, promoviendo la solidaridad y el apoyo mutuo, especialmente en los momentos difíciles que enfrenta la sociedad.
“María nunca abandona a sus hijos. Así como ella permanece junto a nosotros, también nosotros debemos vivir en fraternidad y apoyo mutuo, construyendo una comunidad más justa y solidaria”, enfatizó.
El mensaje del Arzobispo concluyó con una invitación a fortalecer la devoción a la Virgen del Roble, renovando la fe y la esperanza en su intercesión divina.
La celebración reunió a miles de fieles, quienes renovaron su compromiso de vivir en el amor y la caridad cristiana, inspirados por el ejemplo de la Virgen.