Este pasado fin de semana 17, 18 y 19 de enero, se llevó a cabo en la parroquia del Espíritu Santo, en San Nicolás de los Garza, el retiro provincial de los diáconos permanentes, dentro de la cual asistieron representantes de las diócesis de Saltillo, Nuevo Laredo, Ciudad Victoria, Piedras Negras, Matamoros, Linares y Tampico.
El retiro fue dirigido por Fray José Gabriel Mesa, Fraile Dominico de Colombia, quien es un estudioso del diaconado permanente, colaborador infatigable en múltiples procesos formativos sobre este ministerio en todo Latinoamérica. Ha colaborado en encuentros continentales del diaconado, y también con el Centro Internacional del diaconado
En entrevista para Pastoral Siglo XXI, Fray Gabriel nos compartió sobre este encuentro con los diáconos permanentes, con quienes se preparan en formaciòn y sus respectivas esposas.
“Acabamos de vivir una experiencia maravillosa, un encuentro de retiro espiritual con los diáconos y estudiantes de la Arquidiócesis de Monterrey, también de algunas otras diócesis de esta provincia eclesiástica, hemos tenido la oportunidad de compartir de una manera muy cálida, también muy profunda, algunos temas centrales de la espiritualidad diaconal”.
“Hemos tenido la oportunidad de reconocer como la diaconía de Cristo es ante todo humildad y servicio, hemos podido ver también de que manera la vida familiar, la vida esponsal es un lugar privilegiado para conocer y profundizar el ministerio diaconal dentro de la Iglesia”.
“Tuvimos también la oportunidad de trabajar en torno de la espiritualidad diaconal, un tema fascinante , que nos ayuda a reconocer que todo esto del servicio humilde requiere también una formación, una preparación y una disposición de la vida para ser realmente testigos gozosos de la Buena Nueva del Reino de Jesucristo”.
“También hemos tenido la oportunidad de mirar un perfil antiguo, pero que nos proyecta un poco hacia el futuro, que es un santo del siglo cuarto que es , San Efrén el Cirio, que nos narra a nosotros de una manera poética, simbólica, todo lo que significa la teología de la esperanza cantada en himnos”.
“Lo mejor ha sido la experiencia de fraternidad, la experiencia de encuentro, la posibilidad de sentir que somos iglesia, que caminamos juntos, que estamos enfocados en el servicio del pueblo de Dios, en este año Jubilar de la Esperanza, que la Esperanza no nos defraude, que podamos realmente seguir haciendo camino de Iglesia”.