Este pasado lunes 29 de julio se llevó a cabo una Eucaristía con motivo del 72 aniversario luctuoso de Monseñor Guillermo Tritschler y Córdova, la cual fue presidida por Monseñor Rogelio Cabrera, quien compartió sobre el proceso de canonización de quien fuera su predecesor y séptimo Arzobispo de Monterrey.
“Hemos querido animar el proceso de canonización Monseñor Guillermo Tritschler, hace muchos años se inició, pero por diversas causas no habíamos podido poner atención, llegó este momento de ir activando los diversos procesos de canonización de nuestra Arquidiócesis”.
“Ya reactivamos el del padre Raymundo Jardón, gracias a Dios ya es venerable, también el de la madre Elizondo, ya es venerable y tenemos en lista otros procesos que queremos ir poco a poco reactivando. Es un trabajo que exige mucho, mucha investigación y no podemos abarcarlo todo, esperamos seguir con las otras causas, están pendientes y le pedimos a Dios que él nos indique si este es el camino correcto, hoy pedimos por Monseñor Guillermo Tritschler quien fuera nuestro Arzobispo”.
VIDA DE MONSEÑOR GUILLERMO
Antes de concluir la celebración eucarística, el padre Raúl Mena Seifert, responsable de la Oficina Diocesana para las Causas de los Santos en la Arquidiócesis de Monterrey compartió sobre la vida de Monseñor Guillermo.
“El señor Guillermo Tritschler y Córdova a quien recordamos el día de hoy a los 72 años de haber fallecido, nació en Chalchicomula en el estado de Puebla, de una familia de ascendencia alemana, fueron varios hermanos, el mayor fue también sacerdote, obispo y Arzobispo de Yucatán. Monseñor Martín Tritschler y Guillermo precisamente, fue el menor de todos los hermanos, además tuvieron una hermana religiosa”.
“Guillermo Tritschler para los 10 años de edad ya estaba en el seminario de Puebla y prácticamente al año, fue enviado a estudiar a la ciudad de Roma donde estuvo 14 años y consiguió 3 doctorados ,regresa a nuestro país aproximadamente en el año de 1904 y es ordenado por su hermano Martín ahí en la ciudad de Puebla, de inmediato fue invitado a ser formador del seminario de México y lo fue por 25 años. En esos años le tocó la Revolución, inclusive él fue exiliado, tuvo que exiliarse en La Habana por 6 meses y también fue hecho preso en Palacio Nacional, estuvo preso durante 2 meses hasta que finalmente los liberaron en el puerto de Veracruz”.
“También en aquellos años en que él fue formador del seminario de México, les tocó sufrir la persecución en contra de la iglesia, la casa del seminario de México les es arrebatada en el centro histórico, y Monseñor Guillermo vela por todos los seminaristas procurándoles alimento y vestido cuando todos estaban presos”.
“En 1931 a pesar de que él no lo quería, es electo para ser obispo de San Luis Potosí, el mando inclusive una carta a Roma explicando por qué no debía de ser electo obispo, pero por 10 años fue el obispo de la diócesis potosina, que en aquel entonces abarcaba todo el estado de San Luis Potosí, lo que hoy son las diócesis de Ciudad Valles, Matehuala y la capital, 10 años después en 1941 es electo para ser Arzobispo de Monterrey, por 11 años hasta su muerte ejerce el episcopado nuestra ciudad, recordado siempre por su cariño hacia los sacerdotes, hacia los seminaristas, hacia el pueblo de Dios, a pesar de ser una persona con tantos estudios y reconocida como un hombre sabio, podía tener conversación con las personas más humildes, hasta las personas más encumbradas”.
“Era una persona que siempre vivió humildemente, pobremente, en el edificio aquí en Monterrey, adjunto a la Basílica del Roble. Muere en 1952 después de una enfermedad que prácticamente lo fue apagando como una vela, fue perdiendo la memoria, fue perdiendo mucho de su capacidad intelectual y desde que murió hoy hace 72 años, fue, es el pueblo regiomontano quienes lo conocieron una y otra vez exclamaron que habían conocido a alguien que había muerto en olor de santidad”.
“Ya que murió, fue sepultado en un primer momento en la Basílica del Roble y particularmente unos 10 años después, ya que se hizo la cripta para sepultar en Catedral a los señores Obispos y Arzobispos, su cuerpo fue trasladado y su cuerpo en aquella ocasión pues, se encontró prácticamente conservado, como si únicamente, por así decirlo se hubiera secado, pero completo, sus vestiduras, sus insignias episcopales y así fue trasladado aquí a la Catedral y desde hace más de 60 años se encuentra aquí en Catedral, exactamente debajo del altar mayor de esta iglesia en la cual nos encomendamos”.