El Arzobispo de Monterrey, Monseñor Rogelio Cabrera López ha compartido este domingo 21:3 enero un artículo titulado: “Hacia una comunión afectiva y efectiva con el Santo Padre”.
En el escrito el Arzobispo señala que “la unidad es uno de los signos claros del origen divino y de la misión de la Iglesia”.
Además, Monseñor Cabrera señala que “Uno de los principios visibles de esta unidad es la comunión con Pedro y en Pedro, que tiene que verse reflejada en la obediencia a sus decisiones de gobierno, en la doctrina por el definida y en los llamados pastorales que él nos hace”.
En el artículo el también el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, comenta sobre la manera en que ve las decisiones y actitudes pastorales del Papa Francisco.
“Su Santidad se ha distinguido por ser un hombre que llama a la misericordia, tomando decisiones que acercan la acción de la Iglesia a todas las personas. Afirma que “la Iglesia tiene que ser un lugar de misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio” (Francisco, Evangelii gaudium, 114) y creo que este debe ser la declaración programática de sus decisiones y acciones pastorales”.
“Si bien tenemos que proclamar la doctrina cristiana y buscar implantar los valores que permiten llevar una vida en conformidad con la moral que brota del Evangelio, es importante saber acercarnos a todas las personas, comprender su situación de vida y mostrales la mirada misericordiosa de Dios que los entiende y los llama a transformar la vida, dándoles las herramientas de su bendición y de su amor”.
Finalmente, escribiré: “Estoy convencido de que esta es la clave de lectura de las propuestas pastorales hechas por Su Santidad Francisco en la Declaración Fiducia Supplicans y considero que todos los fieles cristianos, en especial los pastores, debemos comprenderla en esta llamada a manifestar la misericordia de Dios y vivir según la buena nueva del Evangelio. Por eso llamo a todos a una comunión afectiva con el Santo Padre y efectiva, unirnos a sus propuestas pastorales”.
Por Juan Pablo Vázquez Rodríguez