El próximo domingo 14 de octubre, será declarado santo Mons. Oscar Romero. Se parte de esta Misa de acción de gracias por su canonización en la Catedral de Monterrey a las 8:30 am. La invitación es a todos los fieles, especialmente a la comunidad Salvadoreña.
El Obispo Auxiliar de Monterrey Mons. Oscar Tamez, nos invita a conocer más de este pastor salvadoreño, aquí un poco de su historia:
UN PASTOR QUE DIO LA VIDA POR SU PUEBLO Y ALCANZÓ LA SANTIDAD
Oscar Arnulfo Romero Galdámez nació en Ciudad Barrios, al este del Salvador, el 15 de agosto de 1917, fue el segundo de ocho hermanos. Ingresó al Seminario Menor de su ciudad natal a los 13 años; 7 años después, al Seminario Mayor de San José de la Montaña de San Salvador; ese mismo año (1937) fue enviado a Roma, al Colegio Pío Latino, para realizar sus estudios teológicos en la Pontificia Universidad Gregoriana.
Fue ordenado sacerdote el 4 de abril de 1942 en la ciudad de Roma, a la edad de 24 años. Al regresar a su país fue nombrado párroco de la ciudad de Anamorós en la Unión. Entre otros oficios pastorales que desempeñó, destacan: párroco de la Catedral de Nuestra Señora de la Paz; secretario del Obispo diocesano y en 1968 fue nombrado secretario de la Conferencia Episcopal de El Salvador.
El 21 de abril de 1970, el Papa Pablo VI lo designó Obispo Auxiliar de San Salvador, recibiendo la consagración episcopal el 21 de junio de 1970 de manos del Nuncio Apostólico Girolamo Prigione. El 15 de octubre de 1974 fue nombrado Obispo titular de la Diócesis de Santiago de María en el departamento de Usulután, en la cual estuvo al frente por dos años, en ella desempeñó una intensa laboral pastoral a favor de los campesinos más pobres de su diócesis.
El 3 de febrero de 1977, el mismo Papa lo nombra Arzobispo de San Salvador para suceder a Mons. Luis Chávez, encomienda pastoral que desempeñó hasta el día que fue asesinado por odio a la fe el 24 de marzo de 1980 por los escuadrones de la muerte mientras celebraba la misa en la Capilla del Hospital la Divina Providencia.
Su ministerio pastoral al frente de la Diócesis del Salvador se puede sintetizar en el lema de su escudo episcopal: “Sentir con la Iglesia”. Mons. Romero fue un hombre de Dios, de profunda oración, fiel a la Iglesia y al Magisterio, dispensador de los misterios de Dios, fue un arzobispo cuidador de la fe y de las cosas santas de su pueblo; profundamente convencido del Evangelio y del servicio, especialmente a los más pobres. El mismo Juan Pablo II, lo definirá como un celoso pastor que dio la vida por su pueblo; y el Papa Francisco como un pastor que supo guiar, defender y proteger a su rebaño permaneciendo fiel al Evangelio y en comunión con toda la Iglesia.
Como celoso pastor supo defender los derechos humanos de los más pobres en medio de una naciente guerra civil. En sus homilías no se cansó de denunciar los atentados cometidos por el gobierno militar. Fue un profeta, denunciador y desenmascarador de militares, oligarcas, gobernantes y políticos, por eso fue odiado por ellos. Estas virtudes de buen pastor llevaron a que el Papa Francisco definiera a Mons. Romero como un pastor que construyó la paz con la fuerza del amor, dio testimonio de la fe con su vida entregada hasta el extremo.
Monseñor Romero fue un mártir de fe, lo asesinaron por odio a la fe, por buscar la causa de la justicia; por ello también se convirtió en un mártir de la esperanza, especialmente un modelo y ejemplo para aquellos que buscan la justicia, la paz y la reconciliación. El Papa Francisco también lo llamo el mártir de la caridad, pues al oír y ver el sufrimiento de su pueblo, moldeó su corazón e hizo de su ministerio episcopal un ejercicio pleno de caridad cristiana.
Diez años después de su muerte, se inició su causa de canonización, en 1994 fue llamado Siervo de Dios. En febrero del 2015 el Papa Francisco lo llamó mártir de la fe; meses después, en mayo, fue beatificado.
En mayo del 2015, un esposo angustiado por la enfermedad terminal de su esposa embarazada, empieza a pedir por intercesión del Beato Oscar Romero, la salud para su esposa; milagrosamente (inexplicablemente para la ciencia médica) la mujer sanó y dio a luz a su bebe. Este milagro fue reconocido para la canonización de Mons. Romero, la cual se realizará en Roma, el próximo 14 de octubre. San Oscar Romero, ruega por nosotros.
Oscar Efraín Tamez Villarreal
Obispo Auxiliar de Monterrey