Encuentro de jóvenes con el Arzobispo
14 de octubre de 2018
Estimados jóvenes, hermanas religiosas, también agradezco a mis hermanos sacerdotes, también agradezco a los dos diáconos.
Muy contento de verlos, de rezar con ustedes y por ustedes, hoy quiero recalcar, un hecho del día de hoy; el Papa Francisco ha canonizado a 7 nuevos santos.
El Papa quiso que se agregara a esta celebración a un joven para mandar una señal a todos, para Dios todo es posible, un joven puede ser santo.
Seguramente muchos de ustedes son santos, lo siento, lo percibe.
Voy a reflexionar sobre la Palabra de Dios, el objetivo del sínodo es desarrollar en los jóvenes, el discernimiento, distinguir una cosa de la otra, lo que está bien y lo que está mal, para eso se requiere sabiduría.
La palabra sabiduría viene de sabor, tener gusto, nuestros sentidos no nos engañan, aunque a veces uno racionalice y no quiera darse cuenta.
Cuando las aguas están revueltas es muy complicado, siempre ha sido difícil discernir.
El Espíritu Santo nos permite saborear, gustar y buscar lo bueno. En las redes sociales hay cosas muy buenas pero también alteradas y mentiras y lo más serio es que generan en uno una actitud de odio o de amor.
Qué nos enseñó el evangelio, que Jesús nos mira con amor, cuando uno discierne puede encontrar la verdad pero el que se acerca con el prejuicio nunca podrá conocer la verdad, Jesús siempre mira con amor, nosotros también tenemos que mirar con amor.
Tenemos la capacidad de poder transformar un sentimiento negativo en algo positivo.
Hoy escuchamos un relato conocido, en San Mateo habla de un joven, aquí de habla solo de un hombre, qué podemos aprender, que no basta cumplir leyes, tenemos que amar.
Siempre hay obstáculos, hoy el Señor habló del dinero y la riqueza, acaso Dios está en contra del dinero, claro que no, el dinero es necesario pero hay un peligro, la obsesión por el dinero.
Eso es lo que hace daño, cuando uno piensa que todo es dinero se puede equivocar. Porque hay violencia por la ambición del dinero, hay que mantener a raya esa ambición.
Hay una medicina, la caridad, solo la caridad, cuando vas por la calle y alguien te pide limosna eso es caridad, cuando das a una obra de bien, da y vencerás.
El bien vence al mal pero a través del sacrificio, no como el personaje del evangelio que no pudo dejar sus bienes
La vida que Dios les regala es muy grande pero también los anima a discernir porque el fruto del discernimiento es el amor.
Que Dios bendiga a cada uno de ustedes y sus familias, yo se las luchas de cada uno de ustedes y estoy seguro de que quieren ser santos como lo han conseguido tantos