En una austera celebración de la Pasión del Señor, el Arzobispo de Monterrey dirigió un profundo mensaje a los fieles reunidos en la Catedral Metropolitana, invitándolos a contemplar la cruz de Cristo como signo de amor y salvación, y a cargar con fe sus propias cruces cotidianas.
La liturgia, celebrada en punto de las 3:00 de la tarde, hora tradicionalmente reconocida como la de la muerte de Jesús según los evangelios, se llevó a cabo en un ambiente de silencio, sobriedad y recogimiento. Monseñor Cabrera López explicó que, en este día y el siguiente, la Iglesia no celebra la Eucaristía, como signo de respeto al misterio de la muerte y sepultura del Señor.
“La Eucaristía siempre tiene un tono festivo, porque celebramos la Pascua del Señor. Pero hoy y mañana celebramos su muerte, y por eso lo hacemos con sencillez”, expresó el arzobispo, destacando el carácter único de esta liturgia, que gira en torno a la adoración de la Santa Cruz.
Durante su homilía, el arzobispo subrayó que la celebración consta de tres partes esenciales: la proclamación del relato de la Pasión, la oración universal por toda la humanidad, y la adoración de la cruz. En particular, destacó la lectura del Evangelio de san Juan, quien según la tradición fue el único discípulo que permaneció junto a Jesús en el Calvario.
“Su testimonio nos invita a creer y a tener fe en Dios”, afirmó.
El pastor de la Iglesia de Monterrey también hizo un llamado a vivir esta jornada como una oportunidad vocacional, para renovar el compromiso cristiano de seguir a Jesús. “Hoy es un día vocacional. La Iglesia quiere seguir a Jesús. Aceptemos la llamada que él nos hace a cargar la cruz de cada día: nuestros sufrimientos, nuestras preocupaciones… cargarlas con fe y seguirlo”, exhortó.
La jornada del Viernes Santo en Monterrey también incluye actos de piedad como el Vía Crucis y el Sermón de las Siete Palabras, culminando con una procesión en silencio y una oración en honor a la Virgen María, conocida como el “Pésame”.
Con estas expresiones de fe, la Arquidiócesis de Monterrey continúa su preparación para celebrar la Pascua, corazón del misterio cristiano, recordando que la cruz, lejos de ser derrota, es el camino hacia la vida y la resurrección.