En torno a la celebración de los niños y niñas, el 30 de abril, el Arzobispo de Monterrey invitó los padres de familia, a los maestros, a los catequistas a “no olvidar la urgencia de sembrar en los más pequeños la semilla del amor”.
“No dejemos que esta noble etapa sea oscurecida y lastimada. Es responsabilidad de todos velar por el bienestar de quienes inician su caminar por este mundo e ir formando en ellos el deseo de ser buenos y de hacer el bien a todos”, señaló.
Monseñor Rogelio dijo también que “Muchos problemas pudieran evitarse si los jóvenes y los adultos cuidaramos de ellos recordando que también fuimos niños y que, si hubo alguna mala experiencia, no debemos dejar que éstas se repitan”.
El Arzobispo invitó a los padres de familia “para que se acerquen a formar a sus hijos en la fe, particularmente dentro de la catequesis que ofrecemos en nuestras parroquias”.
“Les pido que no minimicemos el esfuerzo y la dedicación de nuestros equipos de catequesis, no busquemos que los niños reciban los sacramentos solo por cumplir y con una catequesis exprés, la cual traerá más confusión que compromiso en un futuro”.
Además pidió a los papás involucrarse en las tareas de los niños y compartir con ellos “la alegría de recibir a Cristo no solo el día de la Primera Comunión, sino cada vez que participamos de la Santa Misa”.
Finalmente, añadió: “Bendigo a todos los niños y niñas, encomendándolos a la Virgen María y a San José, quienes formaron en su infancia a Jesús, para que tengan una vida llena de salud, de la compañía de sus seres queridos y de muchas cosas buenas”.