Por Juan Pablo Vázquez Rodríguez
Monterrey, N.L. (www.pastoralsiglo21.org).- 2 de noviembre 2020
En la Conmemoración de los fieles difuntos el Santo Padre Francisco celebró la Santa Misa en la Iglesia del Camposanto Teutónico del Vaticano. En su Homilía el Sumo Pontífice fue un himno a la esperanza, “regalo de Dios y ancla” de la que debemos sujetarnos en los momentos más oscuros de nuestra vida.
El Papa reflexionó también sobre las tantas cosas feas que nos llevan a la desesperación hasta creer que “todo será una derrota final, que después de la muerte no habrá nada”. En esos momentos “vuelve la voz de Job:” “sé que mi Redentor está vivo y que, en el final, se levantará sobre el polvo y lo veré, yo mismo, con estos ojos.
En un tweet el Papa Francisco dirige un pensamiento a los que murieron solos durante la pandemia y a los que perdieron la vida para curarlos.
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