El próximo mes de octubre del presente año, se realizará en Roma, el Sínodo de los Obispos, para discernir cómo transmitir la fe a los jóvenes y cómo ayudarlos a discernir su vocación. Nuestra Iglesia de Monterrey, se está preparando para mencionado acontecimiento, celebrando un año pastoral dedicado a la Juventud.
Mons. Rogelio Cabrera, Arzobispo de Monterrey, exhorta a colaborar con fervor en el DÍA DE LA VIDA CONSAGRADA que se celebra el 2 de febrero, fiesta de la Presentación del Señor.
“Los Consagrados y las Consagradas, que en nuestra Arquidiócesis suman más de 1,300 personas, con su testimonio de vida y con el servicio de caridad que brindan a la sociedad nuevoleonesa, son entre nosotros testigos de que el Espíritu de Jesucristo nos vivifica con frutos de amor fraterno. Por eso no podemos ignorar el Día de la Vida Consagrada y es justo que lo solemnicemos manifestando eclesialmente al Señor nuestro agradecimiento con intensa alegría”. Manifestó.
En donde resaltó la importancia de dar a conocer la vocación de la Vida Consagrada en las Comunidades Parroquiales y en los Colegios de inspiración católica. Dada a conocer como un proyecto de vida evangélica que da cumplimiento a los anhelos del corazón en los hombres y en las mujeres.
“Aprovecho el momento para reiterar mi gran aprecio por cada uno de los miembros de la Vida Consagrada que viven y ejercen su apostolado en la Arquidiócesis; por cada uno de ellos invoco la intercesión de la Virgen María, que es su modelo de santidad, y les acompaño con mi bendición”. Añadió.
La Vicaría Episcopal para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, invita a todos a asistir a la celebración del Día de la Vida Consagrada, que incluye la Marcha de la Luz, la Eucaristía Solemne y una Verbena Popular, el próximo 2 de febrero.
19:00 horas: La Marcha de la Luz saldrá de la Explanada de los Héroes de la Macroplaza de Monterrey.
20:00 horas: La Eucaristía Solemne iniciará en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.
La Verbena Popular seguirá inmediatamente después de la Eucaristía en el atrio de la misma Basílica.